Porque hace despertar un miedo básico, el miedo al abandono, y con ello la vulnerabilidad e indefensión, que es como nos sentíamos de niños cuando perdíamos la seguridad de ser amados y protegidos, y así es como nos seguimos sintiendo cuando se produce una ruptura: perdidos, indefensos, confusos,…
Es de vital importancia que comprendamos que es posible sentir tristeza, sufrir y que a la vez nos sintamos fuertes y seguros para afrontar nuestro futuro. Y todo ello depende de nuestro aprendizaje y auto-confianza.
Afrontar una ruptura, al igual que un duelo, pasa por varias fases, pero para que lleguemos a la fase de la aceptación debemos normalizar el problema y aprender a vivir primero con nosotros mismos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario